martes, 26 de agosto de 2008

Sueño perturbador



UNA OBSESIÓN PUNZANTE

Una obsesión punzante, fresca y llena de sentimentalismo
de la adolescencia; el anhelo imposible que vuelva lo que no
ha de volver ya; todo en los paisajes del amor primero, del cariño
noble, sin otra pena que la inventada, sin más dolor que el que
hace brotar las primeras lágrimas, que brotan porque sí, porque tienen que brotar; un dolor que es como el preludio confuso del
dolor de la vida… ¡El corazón en la mano, abierto y llorando
por heridas! Qué se yo… No sé…


Juan Ramón Jiménez

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